La creación de una Universidad era una aspiración de los porteños quienes, para cursar estudios superiores, tenían que trasladarse hasta Córdoba o Chuquisaca. Bernardino Rivadavia, en funciones como Ministro de Gobierno, logró fundarla y designó al presbítero Antonio Saénz como rector y encargado de redactar el reglamento provisional de la institución. La ceremonia inaugural tuvo lugar en la Iglesia de San Ignacio, donde se hicieron presentes el gobernador Martín Rodríguez y altos funcionarios civiles, militares y eclesiásticos. La época de su fundación no fue casual, se decidió construirla en un marco histórico de aires independentistas y visionarios, con la claridad de entender que apostar a la educación era la mejor manera de promover el desarrollo de una nación. La gestión de la UBA, basada en la autogestión y el co-gobierno, fue un ejemplo vanguardista para la región. Considerada una de las mejores universidades del mundo por su excelencia académica, de ella salieron egresados como Carlos Pellegrini, Hipólito Yrigoyen, Luis Federico Leloir, Cecilia Grierson y César Milstein.  Estos son sólo  unos pocos de los innumerables hombres y mujeres que salieron de sus aulas contribuyendo con sus conocimientos, aquí y en el exterior,   para construir un mundo mejor. De excelencia académica y prestigio internacional, la UBA lleva más de dos siglos formando profesionales en sus distintas áreas educativas.

Nota: la imagen pertenece al Museo Roca