Expulsión de los jesuitas
Carlos III, Rey de España, por decreto con fecha de febrero del mismo año, justificaba la expulsión jesuita con varios fundamentos. El decreto además, ampliaba la confiscación de todos sus bienes, incluidos libros, manuscritos y documentos. El 7 de junio llega la notificación a Buenos Aires, con la orden de realizar la expulsión no sólo en nuestra ciudad, sino de remitirla además, a las gobernaciones de Tucumán, Paraguay, Chile y Perú. La orden incluía también que los jesuitas no se enteraran con anticipación de lo que iba a ocurrir. El 2 de julio de 1767 a las 23 horas, el por entonces Gobernador Francisco Bucarelli, cercó con tropas los dos colegios jesuitas de Buenos Aires: el Colegio ayor y el de Belén. Los religiosos fueron apresados y enviados detenidos a la Casa de Ejercicios Espirituales. Como las detenciones se realizaron muy tarde por la noche, los vecinos se enteraron a la mañana siguiente. Según crónicas de la
época, el malestar fue tal, que no sólo los comercios no abrieron durante ocho días sino que, desde las calles, se oían “los inconsolables llantos con que las gentes desahogaban su dolor”
Nota: la imagen pertenece a “El arcón de la historia argentina”