Fray Mamerto Esquiú

 

Nació en la localidad catamarqueña de Piedra Blanca, el 11 de mayo de 1826. Con apenas 10 años de edad, entra a la Orden franciscana en calidad de aspirante. En 1841 se produce su ingreso al noviciado. Esquiú fue un sacerdote que se destacó por su predicación, no sólo en los ámbitos eclesiásticos, sino también políticos. Su discurso político, durante la sesión de sanción de la Constitución Nacional de 1853, fue memorable. Entre 1855 y 1862, se desempeñó como diputado y miembro del Consejo de Catamarca. Este último año, decide su alejamiento de la política e ingresa a un monasterio en Bolivia, con el propósito de llevar una vida más austera. Es en esa etapa donde le ofrecen altos cargos en el Episcopado, que él rechaza para iniciar una peregrinación a Tierra Santa, Roma y Asís. Pese a su rechazo inicial, y por expreso pedido del  Papa, tiempo después debe aceptar el nombramiento como Obispo de Córdoba. Durante toda esa etapa, Esquiú se destacó por su intensa prédica, que lo llevó a los sitios más alejados y humildes de Córdoba, a las cárceles y los hospitales. Fue el Fray quien creó, además, talleres de trabajo para mujeres sin recursos, algo no habitual en la época. El 10 de enero de 1883 muere en Catamarca, en plena actividad pastoral. Actualmente está en espera la resolución del decreto firmado por el Papa Francisco, donde propone la beatificación de Esquiú por un milagro de sanación en favor de una beba gravemente enferma.

Nota: la imagen pertenece al sitio Vatican News