Los Talleres Vasena, por el apellido de la familia propietaria, tenían sus talleres en el barrio de San Cristóbal y sus depósitos en Nueva Pompeya. Es en este último barrio donde se desencadenaron  los enfrentamientos que terminaron en una sangrienta represión. El 7 de enero de 1919, durante la presidencia de Hipólito Yrigoyen, los trabajadores de Vasena se habían declarado en huelga por mejoras laborales: mejora salarial, mejores condiciones de trabajo y una jornada laboral de 8 horas. El conflicto arranca cuando los huelguistas impiden que un grupo de trabajadores  que no habían adherido ingresen a la fábrica. Al no lograrlo, les tiraron piedras. En ese momento intervienen las fuerzas policiales que vigilaban la fábrica. La policía comienza a disparar en el lugar contra hombres, mujeres y niños. Hubo 4 muertos y más de 30 heridos. Los metalúrgicos llaman entonces  a una huelga de todo el sector, lo que desencadenaría en la llamada Semana Trágica. Un conflicto social sin precedentes hasta ese momento que dejó cientos de muertos y la politización de los militares, encargados de reprimir a los obreros. El 9 de enero se llama a un paro general que tuvo un altísimo acatamiento. Ese día, en horas de la tarde, un multitudinario cortejo acompañaba a los caídos del día 7 hasta  el Cementerio de Chacarita. De repente, en mitad de los discursos de despedida, la policía dispara contra la multitud con un saldo de 12 muertos. Cuando llegó la noticia a los talleres, los huelguistas comienzan a disparar contra la fábrica y se produce la intervención de la policía y el Ejército. La ciudad , totalmente militarizada, fue un caos durante toda esa trágica semana. Las bajas obreras eran miles, entre muertos y heridos. El mismo gobierno que reprimió, tuvo que reconocer después la justicia del reclamo accediendo a lo solicitado por los obreros. Nunca hubo información oficial sobre la represión ni sobre la lista de nombres y cantidad exacta de muertos.

Nota: la imagen pertenece al diario Página 12