6 de julio de 1933

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Un día como hoy  hace 90 años…

 

6 de julio de 1933: se realiza el funeral del Dr. Hipólito Yrigoyen

Luego del fallecimiento del Dr. Hipólito Yrigoyen, líder de la Unión Cívica Radical y dos veces Presidente de la Nación, sus restos fueron velados por dos días y medio en su humilde casa de la Calle Sarmiento. El gobierno decretó honras fúnebres, que la familia rechazó.

A las dos de la tarde del día 6 de julio llega al frente del domicilio una carroza fúnebre con dos carros de acompañamiento y una escolta integrada por un escuadrón de Granaderos a caballos, esta última, sin poco esfuerzo, logra abrirse paso en medio de una ensordecedora silbatina y abucheos generalizados por parte de la gran cantidad de gente que se había apostado frente al domicilio del viejo líder del radicalismo, demostrando así el malestar existente con el gobierno nacional.

Al salir a la calle el ataúd con los restos del ex presidente, el clamor de la gente que pedía llevar a pulso el féretro, impidió que el mismo fuera cargado en el carruaje, el que debió retirarse, junto con la escolta militar. Finalmente el féretro, envuelto con una bandera Argentina, fue trasladado sobre los hombros en medio de una verdadera marea humana.

Al llegar al Congreso de la Nación lo esperaba otra multitud que, a su paso, le arrojaba flores y saludaban con pañuelos, a pesar del gobierno que se negó a declarar asueto ese día y amenazó con sancionar a los empleados públicos que asistieran al entierro.

 

La voluntad de Yrigoyen fue la de ser sepultado en el Panteón de los caídos en la Revolución del Parque de 1890, ubicado en el cementerio porteño de La Recoleta. Al llegar, luego de cuatro horas, fue despedido con el más que emotivo discurso de parte de su amigo el Dr. Honorio Pueyrredon, seguido por Alberto Aybar Augier y Amadeo Sabattini entre otros. Más tarde hicieron lo mismo desde otro improvisado estrado Marcelo Torcuato de Alvear, Carlos Noël, Horacio Oyhanarte y Ricardo Rojas.

Jamás se había visto antes en la Argentina una demostración de afecto de semejante envergadura, que algunos calcularon en ese entonces en casi medio millón de personas y que por su carácter de espontánea solo es comparable con el funeral de Carlos Gardel en 1935.

 

Los originales de los diarios e imágenes en alta resolución se encuentran a disposición del público. Para obtener más información sobre archivos digitalizados se pueden comunicar vía mail a: hemeroportena@gmail.com  (sin ñ).