Día de Boedo

 

A fines del siglo XIX  Boedo era una zona de  quintas o chacras de sencillas construcciones. Era también zona de bañados, aprovechados por los inmigrantes españoles e italianos para la construcción de hornos de ladrillos. Con la llegada del siglo XX comienza lentamente la evolución del barrio. Las quintas y chacras comienzan a parcelarse y aparecen las primeras casas sencillas, árboles y molinos. Ya en la década del ´20 Boedo comienza a cambiar su fisonomía: aparecen los primeros “cafés”, cines, glorietas, teatros, circos, que le dan una nueva impronta al barrio. Boedo era el punto de reunión de los vecinos de los barrios cercanos por su vida nocturna. Sin que hubiera explicación alguna Boedo emerge culturalmente en el siglo pasado con su movimiento artístico, la vida bohemia, las tertulias culturales, el tango. La historia del barrio es atípica, se dice que en realidad fueron los mismos  habitantes los que, con su vida cultural, las reuniones en las mesas de café, el fútbol y el tango, fueron creando su porteña identidad. Dijo el periodista Silvestre Otazú: …”Debe haber alguna razón telúrica para que allí, y no en otro sitio, haya surgido con fuerza tan poderosa una vida intensa, con su movimiento artístico, sus bohemios, sus anarquistas, su gente de teatro, sus escritores, sus músicos, sus poetas, sus payadores”  El barrio debe su nombre a Mariano Boedo, abogado y político salteño, quien fuera además diputado en el Congreso de Tucumán de 1816. Y también le debe al político salteño el festejo de su día : el  25 de julio de 1782 , fecha de su nacimiento. Boedo, barrio de tango, de fútbol, de cafés históricos, de poetas. Con su esquina emblemática inmortalizada por Homero Manzi en la letra del tango “Sur”: “San Juan y Boedo antigua, y todo el cielo…”

Nota: la imagen pertenece al sitio Desde Boedo